Son muchas las mujeres que consultan por tratamiento pre y post parto.
Muchas de ellas en las últimas semanas de embarazo comienzan a sentir molestias o dolores fuertes en sus espaldas; habitualmente esto es producido por el aumento de peso al que se debe adaptar su cuerpo.
A veces, fruto de las contraindicaciones que pueden tener los analgésicos y antiinflamatorios, ya sea por el periodo de gestación y luego por el de lactancia, el médico tiene que recomendar el reposo absoluto hasta que se alivie el dolor e incluso hasta el momento del parto. Es en estos casos que por medio de la Medicina manual se puede aliviar el dolor que tan frecuentemente aqueja a las mujeres que viven esa etapa.
Frecuentemente ocurre que las pacientes consultan por dolores nuevos de columna que han comenzado recién después de su primer parto y que nunca más las abandonan.
Esto ocurre porque muchas mujeres, antes del parto tenían una desalineación pélvica que hasta el minuto era asintomática, pero en el minuto del parto actúa una hormona que se llama relaxina, que como su nombre lo dice sirve para relajar los tejidos, especialmente los de la zona pelviana para poder hacer un canal de parto más adecuado para el proceso. En este momento, cuando comienza actuar la hormona, el trabajo de parto desalinea aún más la pelvis. El tratamiento consiste en ordenar alguna articulación que se pudo haber desalineado en el proceso y que deja como consecuencia una pelvis inestable para toda la vida, provocando así dolores lumbares repetitivos. Dicho tratamiento se acompaña de ejercicios de estabilización y fortalecimiento después de la corrección ósea.
Otras patologías que pueden ser ayudadas en esta misma etapa con el tratamiento de la medicina manual son:
Las radiculopatias compresivas intercostales y las pubalgias agudas y crónicas.
Los pacientes que se someten a la medicina manual realmente se sienten aliviados y por lo tanto agradecidos del tratamiento recibido.